Entrevista a Marisa Martínez, directora de Cáritas Diocesana de Toledo

7.1.2013. "Es gratificante ver gente que te dice que no es de iglesia pero confía en Cáritas y se ofrece a ayudar"

"Nosotros deberíamos ser subsidiarios de la administración y no a la inversa"

"Durante 2012 hemos calculado cerca de 46.000 personas atendidas"

"Nuestra asignatura pendiente es el voluntariado joven"

"En la Diócesis hay unos tres mil socios que hacen donativos regulares"

«Que las instituciones se ocupen de crear empleo, la gente quiere trabajar»

latribunadetoledo.es - f. frutos | TOLEDO 

Tal y como está la situación ¿hasta qué punto Cáritas tiene más demanda? 
La situación ha cambiado, seguimos como siempre atendiendo a los últimos de los últimos, personas en exclusión social que son los que nos llegan habitualmente. Pero con la crisis está cambiando el perfil,cada vez vienen más españoles que tenían su trabajo pero se han quedado todos los miembros de la familia en paro, se les ha terminado el subsidio y se encuentran en que no tienen ni para la hipoteca.

¿Dónde se concentran más los problemas? 
Aumenta muchísimo el número de los que vienen a atención primaria en las doscientas setenta parroquias. Estamos desbordados. El Illescas se atiende a más de 400 familias, en Seseña 350... Cualquier pueblo, por pequeño que sea, tiene entre 80 y 100 familias a las que atender.

¿Qué tipo de asistencia prestan? 
Cáritas no es una ONG ni una fundación, es la Iglesia, y no nos limitamos a dar una bolsa de comida sin más. Acompañamos, escuchamos, atendemos... porque detrás de la falta de alimentos hay problemas muy gordos de familias desestructuradas, de maltrato, de familias monoparentales que no tienen a nadie a quien recurrir o sencillamente personas que están solas.

Verán todo tipo de situaciones personales... 
Hay personas que estaban en residencias de ancianos que los hijos se los llevan a sus casas para vivir de la pensión. Hay situaciones desesperantes, como el caso de una chica con tres niños y embarazada que no tiene absolutamente a nadie y acude a nosotros porque somos como su familia, le damos tranquilidad, seguridad... ¡No tiene nada!

¿Cuál sería la seña distintiva de Cáritas respecto a otras organizaciones? 
La solidaridad y la caridad son distintas. Cualquiera con buen corazón que ayuda al prójimo es solidario. En Cáritas nos mueve otra cosa: caridad quiere decir amor, es verte a ti mismo en el prójimo, tratar de ayudarle con independencia de que sea o no católico. Es un trabajo gratificante, el cariño que se recibe de estas personas es mucho más que el trabajo que haces aunque a veces te llevas el trabajo a casa.

¿Cómo gestionan los casos de quienes han tenido un trabajo, una vida normal, y ahora necesitan ayuda pero les da vergüenza
La caridad y la dignidad tienen que ir unidas. Hay gente a la que se la ayuda de forma lo más discreta posible.  En Toledo los comedores sociales no tienen la demanda de una capital grande porque si vas a Madrid nadie te conoce... Estamos dando comida en táper para que se lo lleven a su casa con su familia y cada vez más gente lo pide esta manera.

Hay quienes miran mal la labor de Cáritas precisamente por ser un organismo de la Iglesia. 
A nadie se le piden referencias de nada, la Iglesia es madre y como tal atiende a todos sus hijos. El único requisito que pedimos es que la persona esté empadronada en la localidad por una cuestión de organización y para evitar la picaresca.

¿Que no vayan haciendo una ruta para acaparar? 
Eso es. Hay quienes están acostumbrados a pedir y van a todos los sitios, de manera que cada parroquia hace la atención de su zona y si viene alguien de otra  se le deriva a la que le corresponda. Luego se hacen seguimientos, se está en coordinación con los servicios sociales municipales que, por cierto, a su vez nos envían muchos casos que ellos no atienden.

Esa carga añadida ¿es comprensible? 
Nosotros deberíamos ser subsidiarios de la administración y no a la inversa, que es lo ocurre en realidad. Pero cuando les llega alguien a pedir les dice que vayan a Cáritas... Por eso hay que hacer el seguimiento, con confidencialidad, para que una persona o una familia no se lleve más ayuda de la que se puede repartir.

¿Ha mejorado el pago de las deudas que mantenían con Cáritas las administraciones? 
Hemos pasado una situación muy complicada durante meses pero se ha solucionado recientemente. Nos han pagado todo lo pendiente de cooperación internacional de 2010 y todo lo atrasado del 2011 y parte de 2012. Sé que con independencia del partido que gobierne el problema es grave y no hay que buscar culpables sino soluciones
Se ha estado gastando muy alegremente en vacas gordas.

Pero les siguen cobrando la ayuda con más trabajo
Los ayuntamientos nos derivan a todo el mundo. Por otro lado, 
el año pasado, por primera vez, por iniciativa de la Diputación se ha firmado un convenio de 80.000 euros para el servicio de acogida y atención primaria. Es un comienzo y el presidente se ha comprometido a que no será la última ayuda que nos den. Pero lo más importante es la respuesta de la sociedad.

Cáritas está bien valorada. 
Estamos muy satisfechos de cómo juzgan el trabajo de la Iglesia, lo hemos podido comprobar en la campaña que hizo la SER donde se han recogido alimentos en todas las parroquias; en el Alcampo de La Abadía hemos estado 20 días repartiendo octavillas y se han recogido muchos kilos pero igual de importante ha sido ver la respuesta de la gente.La reputación se gana con seriedad. ¿Cáritas es transparente, rinde cuentas? 
Es transparente y rinde cuentas. Cáritas es una confederación donde las Parroquiales forman las Diocesanas y estas la Española. Sólo en Toledo somos más de 2.000 voluntarios y le dedicamos muchas horas. Pero la base de todo es que Cáritas existe no porque haya pobres sino porque hay fe. Cuando los voluntarios salimos de viaje lo hacemos por nuestros propios medios y en la medida de las posibilidades cada uno aporta lo que puede. Es gratificante ver gente que te dice que no es de iglesia pero confía en Cáritas y se ofrece a ayudar.¿A qué lo achaca? 
Por ejemplo, cuando ocurre un desastre todo el mundo se vuelca pero pasado el tiempo te vas a Haití y verás que Cáritas tiene un dispensario con las Hijas de María atendido por monjas y misioneros, personas abnegadas que dan la vida por los demás. Si vas a África hay un proyecto para niños con VIH en Camerún... ¡Hay que leer el correo que nos envió sor Pilar cuando supo que la Junta nos había pagado el dinero de 2010! Atienden a madres con sida, con hijos pequeños, que hacen 15 kilómetros con los niños a hombros para ir a un dispensario que les dan leche... Mirando allí parece que aquí no hacemos nada.Pero lo hacen. ¿Hay un perfil definido de los voluntarios o son de todas las edades y profesiones? 
En la provincia hay más de 2.000 voluntarios y gracias a eso todos los días se atiende a la gente en las parroquias. La mayoría son mujeres de edad media. En los últimos años se ofrecen profesionales cualificados: abogados, dentistas, ópticos... para dar ayuda en casos que requieran su intervención. Hay gente que ha quedado en paro, como un auditor de cuentas... También tenemos trabajadores porque el Hogar 2000 es como un hospital, necesitamos técnicos. La asignatura pendiente es el voluntariado joven aunque en el albergue de transeúntes de Toledo, donde se jubilaron las Hijas de la Caridad, van muchos los fines de semana a ayudar. ¿Se ha podido mantener bien el albergue? 
Es complicado porque está abierto 365 días al año y se van recortando las subvenciones. Hay recursos que tienen que ser responsables las administraciones públicas. El albergue de Albacete es municipal y Cáritas ayuda. Llega un momento que se acostumbran a quitarse el problema. El día de Noche Buena llegó al albergue una mujer con su hijo de ocho años y como no se puede recoger a los niños un voluntario buscó un hostal y Cáritas le pagó dos noches, pero esa labor no es nuestra.¿Los políticos confunden Cáritas con un servicio público? 
Lo que deben entender es que cuando vamos a un ayuntamiento, del signo político que sea, a solicitar algo no es para nosotros; que lo que hacemos es ayudar. No tenemos obligación, lo hacemos porque queremos como Iglesia que somos, pero eso no quiere decir que las instituciones públicas puedan eludir su responsabilidad. Tenemos que ir de la mano, colaborar, pero llegamos a extremos que es al revés: nosotros asumimos todo y ni siquiera se preocupan por saber cómo nos va. ¿Cree que alguien ha venido a preguntar qué ha pasado con el albergue desde que se fueron las monjas o si pueden ayudar?¿Llevan una contabilidad del número de gente a la que atienden en la diócesis? 
El año pasado pedimos estadísticas a las parroquias y hemos calculado cerca de 46.000 personas atendidas, teniendo en cuenta que son individuales, es decir, habrá algunas que se les atienda doce veces pero sólo se cuentan como una.¿Qué tipo de ayuda? 
De todo. Comida, recibos de alquileres o de luz, ropa, bolsa de empleo... El año pasado teníamos 1.139 solicitudes de trabajo y se logró colocar a 170. En recursos propios Cáritas puso 564.000 euros para atención primaria, sin contar las donaciones de alimentos...¿Cuántos socios tienen? 
En la Diócesis hay unos tres mil que hacen donativos regulares y luego hay muchas personas que colaboran de forma esporádica. Algunos donativos son de cantidades que podrían sorprender, muy importantes y que resuelven problemas de cientos de familias. Y no quieren que se dé publicidad. Podrían deducirse un 25% en el IRPF y no quieren.¿Donde haya una parroquia está Cáritas? 
Sí. La caridad es una de las patas de la Iglesia. Cualquier persona que quiera colaborar lo que tienen que hacer es acercarse a su parroquia. También pueden venir a la sede central cuando ofrecen ayuda más especializada y nosotros coordinamos. ¿Por zonas de dónde les piden más ayuda? 
Talavera el año pasado estaba repartiendo cerca de 800 kilos de comida diaria. Es una de las poblaciones de mayor paro de España. La Sagra también, pero hay pueblos pequeños con ochenta familias.Dentro de las situaciones habituales que atienden ¿hay algún tipo de salida para que esa gente vuelva a ser autónoma? 
La gente lo que quiere es trabajar pero hay poquísimas ofertas.¿Han tenido muchos casos desahucios? 
No. Nos piden más para el pago de alquileres, recibos de agua y luz, medicamentos... Nos vienen chicos en exclusión social por abandono escolar, de familias desestructuradas y cuando acaba el curso se van con pena.¿Qué lectura hace de todo lo que ve a diario?
Esta crisis no solo es económica, es también de valores. No hemos sabido vivir ni educar a nuestros hijos de forma seria, hemos vivido por encima de las posibilidades y ahora tocan las consecuencias. El mensaje de Cáritas este año es ‘vivamos sencillamente para que otros sencillamente puedan vivir'. Creo que todos, dentro de nuestras posibilidades, podemos ayudar. Y que las instituciones se preocupen de crear empleo, la gente lo que quiere es trabajar.

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